Desde que en 1958 nuestra abuela decidiera ser una emprendedora y convertir su rutina en un trabajo remunerado para poder criar a sus hijos, nos hemos preocupado principalmente de mantener un proceso productivo: el del pan, que se viene realizando desde hace centenares de años y nosotros seguimos haciéndolo hoy exactamente como entonces:
- sin ningún aditivo artificial
- a mano
- cocido en hornos de leña
Nuestra única propuesta es invitarle a probarlos y recupere ese sabor a pan verdadero que todos guardamos en la memoria.
Sin colorantes, ni conservantes, como entonces: Harina de trigo, levadura, agua y sal.
Disfrute de un producto con el sabor de la tradición y la elaboración sin prisas, teniendo en cuenta
la calidad más que la cantidad.